Todas, absolutamente todas las series actuales están en deuda con estas 10 series que cambiaron la televisión y marcaron un antes y un después. Stranger Things, Peaky Blinders, Juego de Tronos, Rick y Morty, Breaking Bad, Friends… No habrían sido posibles.
Algunos pensaréis que exageramos, pero lo cierto es que la televisión hasta muy entrados los 90, era muy diferente a la de hoy. El modelo que se seguía en el género dramático, era el serial, o el culebrón por así decirlo. Por supuesto había series policíacas, sitcoms familiares, así como de otros géneros.
Pero las temáticas a abordar siempre se hacían desde una superficie de conservadurismo que limitaba mucho la forma y el contenido. Es decir, la televisión siempre fue grabada de forma muy teatral: plano general, plano medio y primeros planos de los intérpretes. Esto se debía al frenético ritmo de producción, y más aún en el caso de las series diarias.
Esto no ha cambiado mucho, si bien es cierto que gracias a muchas de estas diez series, comprobaremos cómo el cine se fue introduciendo progresivamente. Vamos allá con ellas:
Series que cambiaron la televisión
La dimensión desconocida (1959-1964)
También conocida como En los límites de la realidad o por su título original, The Twilight Zone. La serie fue creada por el visionario Rod Serling y supuso un hito televisivo tanto a nivel de formato como de contenido.
Historias de treinta minutos de duración sin conexión narrativa aparente y donde los géneros predilectos eran la ciencia ficción, el terror y lo sobrenatural. Sin este clásico revolucionario, Charlie Brooker jamás habría podido concebir Black Mirror (2011- ).
Yo, Claudio (1976)
Herbert Wise adaptó como nadie la serie de novelas de Robert Graves, en torno al enternecedor emperador romano. Miniserie de trece episodios que narra los sucesos históricos que acaecieron a la dinastía Julia-Claudia.
Desde el reinado de Augusto (Brian Blessed), pasando por el de Tiberio (George Baker), así como por el de Calígula (John Hurt). Siendo Claudio (Derek Jacobi) principal narrador de estos acontecimientos durante su reinado, rememorando cómo ha llegado hasta ahí. House of Cards, de Netflix y Juego de Tronos, de HBO, son tataranietas bastardas de este clásico televisivo.
M.A.S.H (1972-1983)
Un exitoso producto nada convencional que partía del film de Robert Altman de 1970, que a su vez adaptaba la novela de Richard Hooker. La serie proseguía las disparatadas peripecias de un grupo de médicos y de enfermeras que trabajan en un campamento durante la Guerra de Corea (1950-53).
Comedia, drama, y sátira en un contexto bélico, ¿de verdad? Como lo leéis. Su capítulo final batió el récord de más de 100 millones de espectadores en Estados Unidos. Sí, superando a sus herederas: Cheers, Seinfeld y Friends.
Canción triste de Hill Street (1981-1987)
Supuso toda una revolución conceptual a nivel televisivo y que confería una visión más realista del género policíaco. Con una clara vertiente dramática, sin todavía entrar en el cinema verité que ejercería su principal sucesora (que desvelaremos después, tranquilos).
La serie de Steven Bocho y Michael Kozoll seguía a un grupo de policías de una comisaría de Nueva York, y que marcaría un antes y un después con finales abiertos y sin resolver; un sacrilegio para la audiencia de la era Reagan.
Los Simpson (1989- )
Un tal Matt Groening dio a conocer a estos humanoides amarillos con un episodio navideño. Ninguno de sus espectadores, esperaban que Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie, pasaran a ser parte de sus vidas.
Si bien la serie contenía elementos dramáticos, humorísticos para todos los públicos, su fondo era de sátira para los más adultos. Fue introduciéndose progresivamente en el humor absurdo, así como en uno mucho más ácido y contundente.
Twin Peaks (1990-1991)
El reconocido director, nominado al Oscar, David Lynch, se pasó a la televisión. Junto a Mark Frost, crearon la serie que introdujo la técnica cinematográfica a la televisión. Y ya de paso, el surrealismo.
El agente del FBI, Dale Cooper (Kyle MacLachlan) debe resolver quién mató a, la querida por todos, Laura Palmer (Sheryl Lee). Posee una de las galerías de personajes más originales y excepcionales de la historia de la televisión reciente.
Es la madre de todas las series que narran un asesinato en un ámbito rural o pueblecito, en el que todos son sospechosos. Véase, The Killing, Broadchurch o True Detective.
Expediente X (1993-2002)
Un inolvidable tema de cabecera, y dos agentes del FBI, Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) investigando misteriosos expedientes confidenciales. Sin duda, la serie insignia de la FOX.
Chris Carter vendió un producto televisivo, muy en la línea de Twin Peaks, que hizo de su principal virtud, el diálogo de su atractivo protagonista: “Quiero creer…”. La audiencia también lo hizo durante 202 episodios, en donde esta intriga imbuida de ciencia ficción y suspense dio lugar a una digna sucesora televisiva que mencionaremos en breves.
Los Soprano (1999-2007)
David Chase, creador de la ficción, jamás tuvo intención de realizar una serie. Pero sin quererlo ni beberlo, revolucionó la televisión por cable y llevó a HBO a la estratosfera. Las andanzas mafiosas de Tony Soprano (James Gandolfini), así como sus sesiones de terapia junto a la Dra. Melfi (Lorraine Bracco) dieron 6 temporadas.
86 episodios, del mejor thriller reciente, con extraordinarias interpretaciones y que tenía como principal referente, Uno de los nuestros (1990), de Scorsese. Un titán de la televisión contemporánea, con el más que considerado, mejor final de la historia de la pequeña pantalla.
The Wire (2002-2008)
La audiencia no la acompañó, pero la crítica especializada y los teóricos del audiovisual la encumbraron como la mejor serie de la historia. Durante 5 temporadas, David Simon, artífice de este sobresaliente producto que hunde sus raíces en Canción triste de Hill Street, consiguió diseccionar un microcosmos: la ciudad de Baltimore.
Perdidos (2004-2010)
J.J. Abrams, Damon Lindelof, Jeffrey Lieber y Carlton Cuse, engendraron el blockbuster televisivo definitivo. Un grupo de pasajeros de un vuelo que se estrella en una isla les obliga a cooperar para sobrevivir, y desentrañar los misterios que encierra el lugar.
Intriga, acción, aventuras y lo sobrenatural se conjugan en una serie con uno de los últimos grandes, y atractivos, elencos de la televisión reciente. Elevó la calidad de la televisión posterior hasta cotas insospechadas.
Muchas de estas 10 series que cambiaron la televisión e hicieron historia ya son clásicos del formato, y muchos seguro que las habías visto ya. Quizás sea buena hora para darles otro visionado, y valorarlas siendo conscientes de su impronta histórica.
[…] la mencionamos en su momento como una de las 10 series que cambiaron la televisión e hicieron historia. Aún con ello, no era un mero políaco al uso, sino que buscaba ahondar en el drama urbano de la […]
[…] series de drama para siempre. Por supuesto, por ello no la mencionamos de forma baladí en nuestras 10 series que cambiaron la televisión e hicieron historia. Tony Soprano (James Gandolfini) es un capo mafioso que tiene que lidiar con los enfrentamientos […]