Vivir sin permiso es la serie del momento. El drama sigue de cerca la historia de Nemesio «Nemo» Bandeira, un influyente empresario de Galicia que acumuló una gran fortuna a través de varias actividades ilícitas. Durante su primera temporada, vimos como la familia Bandeira lucha por asumir el control de los negocios del patriarca de salida. Mientras el protagonista intenta encontrar a su sucesor, la búsqueda de un heredero terminó por revelar muchos secretos familiares sobre su fortuna y su relación con el narcotráfico.
Esta serie, creada por Aitor Gabilondo y llevada adelante por Netflix y Telecinco, se convirtió en una de las joyas más aclamadas por el público español. Tal es así, que la ficción se encuentra con su segunda temporada al aire. Si eres fanático de Vivir sin permiso, aquí te contamos algunas curiosidades que te llamarán la atención.
Curiosidades sobre Vivir sin permiso
Padre e hijo en distintas ocasiones
Carlos Hipólito y Ricardo Gómez son padre e hijo en Vivir sin permiso. Lo llamativo de esta relación, es que no es la primera vez que los actores «comparten sangre» en alguna ficción española. Anteriormente, los hemos podido ver en Cuéntame cómo pasó, donde ambos vuelven a ser familia.
Oeste, su primer nombre
Vivir sin permiso es una serie que derivó de un proyecto que la productora Globomedia estuvo preparando durante meses bajo el título de Oeste. Dicho proyecto pasó finalmente a manos de Aitor Gabilondo y la productora Alea Media, dandole un vuelco absoluto al plan de Globomedia para comenzar a gestar la ficción en cuestión.
Vivir sin permiso vs. Fariña
Telecinco tuvo que afrontar las comparaciones que criticaban el parecido de su serie con la ficción sobre el narcotráfico gallego que también prepara Antena 3, principal rival de la cadena de Vasile. «Vivir sin permiso no se parece a Fariña más que en el sitio en el que se desarrolla la historia», declaró Manuel Villanueva, uno de los creadores de la serie. «Fariña es la historia del narcotráfico y esto es la consecuencia. Ocurre después», aclaró el director del área de Contenidos de Mediaset España.
Polémica hospitalaria
El equipo de producción ocupó durante tres días la planta tercera del hospital Meixoeiro de Vigo, con capacidad para 60 camas. Mientras, esas instalaciones y el hospital Álvaro Cunqueiro, centro de referencia en la ciudad, estaban colapsados: la espera por una cama alcanzaba las 24 horas. De esta manera, los sindicatos comenzaron a criticar que, mientras que algunos pacientes tenían que aguardar un día, 60 camas estaban bloqueadas. Para su defensa, el equipo detrás de Vivir sin permiso aseguró que el rodaje fue planificado con la productora semanas atrás y se realizó en un área que llevaba dos años inoperativa. El inicio del rodaje coincidió con el colapso de las urgencias de Vigo.