Dicen por ahí que los habitantes de la República Popular China son los reyes de la imitación, los señores del plagio, los amos del «copy-paste», pero en el mundo audiovisual hay otros que llevan décadas exprimiendo esa habilidad en un diminuto distrito de Los Ángeles, aquellos que se hacen llamar… guionistas de Hollywood.
Una secuela de calidad debe aportar algo nuevo, dar continuidad a la trama y a los personajes y ser un concepto por sí misma; pero la realidad es que en la mayoría de las ocasiones vemos más de lo mismo, un guión calcado, personajes con los mismos roles que los originales, pero diferentes nombres, o simplemente el elenco continúa de una cinta a otra. Además existen unas segundas partes que sólo buscan captar la atención de los usuarios que visionaron el primer film, tanto es así que jamás podrá entenderse la secuela sin la película anterior, es decir, la continuación no es más que metraje extra careciendo de autonomía y de originalidad.
En esta ocasión nos centraremos de aquellos títulos en los que la única variación con su predecesora es el cambio de sexo de su protagonista, un elemento muy socorrido por aquellos que defienden la propiedad intelectual de sus obras,que no buscan otra cosa que dinero extra a través del éxito de un proyecto reproduciéndolo hasta la saciedad. Pero analicemos algunos ejemplos para entendernos mejor, ejemplos que contemplan tanto las secuelas que superan al maestro como las que deberían arder en una hoguera.
Se podría decir que la brecha en la transexualidad de roles se inició casi de la mano de los orígenes del cine, pero reseñaremos «La novia de Frankenstein» como punto de partida. Allá por 1935 se estrenaba la continuación de «Frankenstein» (1931), y se hacia con acierto, con el pasar de los años consiguió que la etiquetaran como «película de culto», y es que esta obra maestra del cine en blanco y negro mezcla lo macabro, lo gótico, lo extravagante y lo filosófico con un sentido del humor universal.
No es casualidad que empecemos justamente con una secuela que, en mi humilde opinión y en la de muchos, supera a la original; es un claro paradigma de cómo conciliar el talento con el éxito y de no quedarse a la sombra de su predecesora. Pero lo que destacaremos por encima de todo es el concepto de hacer girar la trama en torno a un personaje femenino cuando en el primer título se hizo alrededor del rol masculino, si bien quizá «La novia de Frankenstein» no se ciñe al cien por cien a esta categoría nos sirve de excusa perfecta para comenzar la lista de las que sí lo hacen.
En los últimos años hemos sufrido una oleada de secuelas en las que las mujeres toman el relevo del protagonista masculino de la cinta original, esto ha sucedido dentro de la categoría del «teen cinema» o lo que es lo mismo los productos de consumo adolescente, así vemos proliferar subgéneros como el thriller-gore que presentan segundas partes al estilo de «American Psycho II» o «Hostel 2», ¿qué tienen en común además de la casquería y la sangre? Pues la respuesta es evidente, el cambio de sexo del protagonista.
En «American Psycho 2» vemos que los hábitos de Patrick Bateman, un yupi desequilibrado que decide realizarse a través de escenas grotescas y en ocasiones hilarantes, los retoma una joven estudiante. Toda la esencia de la primera entrega se pierde para dar paso a una cinta cuyo punto de partida se lo han sacado de la manga al más puro estilo «Saw» ya que la chica es una víctima que sobrevivió a uno de los ataques de Batman, perdón, Bateman, como ya le sucediera a la mismísima Amanda, pupila de Puzzle.
El caso de «Hostel 2» es diferente, Eli Roth continúa el guión allá dónde lo dejó el mismo director el año anterior. Hay un cambio de escenario, dejamos atrás Amsterdam para recalar en Roma; la trama es similar que en el primer film, pero el grupo de amigos es sustituido por tres alocadas estudiantes de arte que se meten en la boca del lobo casi sin despeinarse. Tiene secuencias dignas de recordar, dan respuesta a algunas incógnitas de su predecesora como la estructura y el mecanismo de la organización, y se sitúa al mismo nivel que «Hostel», aunque personalmente me decanto por la segunda entrega.
En la misma línea juvenil nos topamos con la saga de «Destino Final», aunque tradicionalmente el género de terror, ya sea fantástico o con elementos sobrenaturales, ha sido protagonizado siempre por féminas, en esta ocasión el joven que se oxigenó el pelo para salir en uno de los videoclips de Eminem fue el elegido para sufrir las premoniciones que salvaron, momentáneamente, a algunos de sus compañeros de las garras de la muerte. Pues bien, en sus secuelas el conservadurismo ganó a la originalidad y se impuso el canon de siempre, las chicas adquirían el rol de Cassandra Aria y veían la fatalidad de su futuro.
Otra de las sagas populares que siguen esta fórmula es «The Skulls», las dos primeras entregas son réplicas idénticas, tenemos que esperar hasta «Skulls 3» para ver cómo Clare Kramer se convierte en el primer miembro femenino de una de las sociedades secretas que irónicamente es de las más conocidas de Estados Unidos. Su procedencia, Canadá, ya nos orienta en la difusión del producto, ya que era carne de DVD desde el comienzo.
Pondremos aquí punto y final al artículo, al menos de momento, no sin antes comentar otro título, una de las partes de la que fue hasta la llegada del hijo de Will Smith (2010) una tetralogía, «Karate Kid», y es precisamente en la cuarta entrega («The Next Karate Kid») donde Hilary Swank se transforma en la pupila del señor Miyagi.
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jaja buenos comentarios xD
pero claro, evidente que es lo que todo mundo piensa: buena crítica.