La ley antitabaco se ha hecho un hueco también en la televisión produciendo algunas series «infumables» que, aunque suene contradictorio, son dignas de recordar. Varias permanecieron en pantalla más de lo esperado, otras vieron su último «fundido a negro» en la temporada de su estreno. Empezamos.
– De la franquicia de Terminator, en el 2008, la cadena Fox estrenaba The Sarah Connor Chronicles cuyo capítulo piloto obtuvo 18 millones de espectadores convirtiéndose en uno de los programas más vistos de aquella semana. El argumento prometía, se situaba en la época transcurrida entre la segunda (Terminator: el juicio final) y la tercera entrega (Terminator: la rebelión de las máquinas) de la gran pantalla. Pero todo quedó en eso, en una promesa que jamás tomó forma. Los personajes eran planos, obsesionados en destruir a «El Turco», y los capítulos merodeaban entre lo absurdo y la sinrazón.
El tercer capítulo no llegó ni a rozar los 9 millones de espectadores, pero inexplicablemente la cadena decidió renovar Las Crónicas de Sarah Connor por una temporada más. Sin embargo la audiencia no respaldó esta decisión y la Fox canceló la serie al emitir el capítulo número 31.
Lo peor: el cromartie con cara de palo diciendo «gracias por su tiempo» en cada capítulo y el joven Connor.
Lo mejor: Summer Glau.
– La productora Universal se sacó de la manga un spin-off de la mítica serie policíaca Colombo, estrenando en 1979 Kate Colombo, que después sería Kate the Detective, y también lo intentaron bajo el título de Kate Loves a Mystery, o lo que es lo mismo, «cómo llamar al fracaso de tres maneras diferentes». El papel de Mrs. Colombo -una reportera del «Weekly Advertiser»- lo encarnó fugazmente la actriz Kate Mulgrew. La idea de ver en carne y hueso a la esposa a la que hacía mención Colombo en todos los capítulos no cuajó, principalmente porque el desarrollo era poco original y paupérrimo. Finalmente desapareció de la parrilla a los pocos capítulos de su estreno.
Lo peor: pretender engañarnos con el rol de esposa cuando en realidad era una versión femenina del mítico detective.
Lo mejor: poner cara a la famosa mujer que compartía casa con Peter Falk.
– Dollhouse, o la vuelta de Joss Whedon, fue una serie de 2 temporadas protagonizada por Eliza Dushku que ya había trabajado a las órdenes del escritor de Serenity en Buffy o en Angel, donde interpretaba el mismo papel, una cazadora de vampiros llamada Faith. En esta ocasión, en la Casa de muñecas, su nombre era Echo, y precisamente «eco» era lo que resonaba en este producto tan hueco y vacío. Los minutos se hacían tediosos y las diferentes personalidades de los protagonistas no hacían otra cosa que confundir al espectador. Flash-backs incomprensibles, capítulos de relleno, y un malo-malote que luego no era más que una parodia de sí mismo, en resumen, un fiasco. Pero es que Dushku ya venía de la cancelación de Tru Calling (a nuestro parecer injusta) y Whedon del reseteo de Firefly (idem).
Lo peor: parecía que los capítulos estaban desordenados.
Lo mejor: Olivia Williams y la historia de Whiskey.
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Creo que tu articulo es muy acertado, me ha sorprendido encontrar a alguien que escriba con tan buen criterio. gracias.
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