La trinchera infinita está basada en los hechos reales ocurridos durante el estallido de la guerra civil en 1936, donde los protagonistas se verán confinados a un encierro que se prolongará durante más de 30 años. Dicha cinta, está dirigida por Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga, un trío que ya causó sensación en el cine español con Loreak y confirmaron su talento con Handia.
Para esta película, los cineastas se han inspirado en el caso real de los conocidos como “topos”, una serie de personas que se refugiaron en escondites dentro del hogar familiar durante el régimen franquista. Un hecho poco tratado por el cine español, lo que provoca que La trinchera infinita sirva para explorar con gran acierto este suceso y la evolución del matrimonio formado por unos extraordinarios Antonio de la Torre y Belén Cuesta.
«La película habla de conflictos que se transforman pero no se resuelven. En España vivimos atrincherados en nuestras posturas, y señalamos como enemigo a quien no las comparte. No queremos escuchar», explica José Mari Goenaga, escritor de la película que acaba de llegar a los cines semanas después de triunfar en el Festival de San Sebastián, donde obtuvo los premios a Mejor Dirección y Mejor Guion.
El trío decidió realizar la películas tras conocer la historia de Manuel Cortés, en su día alcalde de Mijas y quizás el más célebre de todos los topos. «Su historia nos llevó a conocer muchas otras, cada una más terrible que la anterior», reveló Garaño. «Y decidimos concentrar en un único personaje las heridas de todos esos perseguidos».
Una intimidad pública
La trinchera infinita narra la historia de un matrimonio joven, casado pocos meses antes de que estalle la Guerra Civil. Higinio y Rosa viven en un pequeño pueblo andaluz que se convierte en un gran infierno cuando arrestan al hombre por haber sido concejal republicano. Pero tras conseguir zafarse de sus captores, Higinio regresa a su casa y se esconde en un pequeño hueco cavado bajo unas tinajas de aceite en la cocina. Lo que comienza siendo un escondite temporal termina siendo un zulo en el que vivirá 30 años.
Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga abordan La trinchera infinita con un completo rigor narrativo. El espectador verá un retrato de intimidad en el que se dirimen, sin embargo, los grandes conflictos sociopolíticos de la España de posguerra. De esta manera, en las vivencias de Higinio y Rosa, se sentirá en el aire una dictadura que nunca se ve, ya que nunca salimos de las paredes de su hogar, pero que resulta igualmente muy opresiva.
El mensaje detrás
Mientras se observa a un hombre que tras el estallido de la Guerra Civil se ve condenado al encierro doméstico en su propia casa, y contemplamos los daños que esto causa tanto en él como en su esposa; La trinchera infinita «intenta usar un tema tan grande como la posguerra para plantear algo más universal», aseguran los cineastas vascos. Según Aitor Arregi, «se trata de explorar los mecanismos del miedo, no solo aquel derivado de la ideología sino también los miedos a salir del armario o dejar a tu pareja».
Definitivamente, La trinchera infinita es una aproximación muy particular a una historia de la que se ha escuchado distintas versiones, pero nunca una contada de esta manera. Una cinta que abunda en las ideas visuales y narrativas, a través de las cuales genera un discurso de una relevancia actual muy audaz.