«Sherlock», deduciendo en el siglo XXI

Si hay algo que me ha alegrado en los últimos tiempos en lo que se refiere a cine y televisión es, sin duda alguna, la resurrección para bien, del detective más famoso de todos los tiempos: Sherlock Holmes.

En 2009 el director Guy Ritchie, influenciado en parte por el éxito que tuvo Christopher Nolan con su nuevo Batman, decidió rescatar, reinventar y llevar a la gran pantalla el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle, y que en los últimos tiempos había quedado relegado a simples apariciones en formato de teleseries de bajo presupuesto.

La película nos mostraba a un nuevo Sherlock Holmes (Robert Downey Jr) mucho más agresivo y peleón, envuelto en un espectáculo de efectos especiales y en unos combates con «slow motion», más cercanos a un lugar como Matrix, que no a una Londres del siglo XIX.

El resultado final fue todo un éxito de taquilla y de crítica, por lo que ya se esta rodando una segunda parte que estará lista para el próximo año.

El nuevo Holmes de Ritchie fue arriesgado, si, pero dejando a un lado los cambios en el personaje, éste seguía en su Londres victoriana, con sus carruajes, con sus vestimentas típicas de la época y con sus costumbres habituales…digamos que todo lo que ya se conocía en las historias de Doyle.

Que pasaría entonces si alguien fuese más allá, si decidiera rodear a Sherlock Holmes de portátiles, móviles, sistemas GPS o zapatillas Nike,…en definitiva, traer al personaje a un Londres del s.XXI tal cual lo conocemos.

Pues eso es precisamente lo que hicieron este año Mark Gattis y Steven Moffrat para la cadena británica BBC con la miniserie, “Sherlock”.

En esta nueva adaptación que consta de tan solo de 3 episodios, con una duración de 90 minutos cada uno, se nos presenta a un Sherlock Holmes ( Benedict Cumberbatch ) rejuvenecido, totalmente adaptado a los tiempos modernos pero conservando todo el poder deductivo del personaje….eso y su característica ironía, ironía que sufre, como no podía ser de otra forma, su inseparable compañero el Dr. Watson ( Martin Freeman ), que sigue siendo tan sufridor y resignado como el Watson original, pero que maneja sin problemas todas las nuevas tecnologías de las que disponen los nuevos tiempos.

La serie, al igual que la película de Ritchie, fue un éxito, la crítica especializada y el público la puso por las nubes, tanto es así que en lo que iba a ser solo un proyecto de 3 episodios, se le añadirán 3 más el próximo año.

Todo el éxito que tuvo “Sherlock” esta totalmente justificado, el resultado final es creíble al 100% ya que, a decir verdad, asesinatos han habido siempre y el concepto de detective privado (detective consultor como así se cataloga Sherlock en la serie) aún sigue muy presente a día de hoy.

Visualmente es realmente espectacular, con unos planos de Londres impresionantes que buscan recordarnos una y otra vez que estamos viviendo en la actualidad.

La forma en que Holmes deduce también esta muy lograda, sus deducciones internas las vemos reflejadas en forma de texto, un texto que para el espectador solo es eso, una palabra, un símbolo o un número, pero para Sherlock es algo más, es una nueva pista, una luz en la oscuridad y que solo él, con su poder deductivo, logra comprender.

Las tramas de los 3 episodios son excelentes; el título del primero “A Study in Pink” es un guiño a la primera obra publicada del detective (A Study in Scarlet, 1887), y nos narra el encuentro entre Holmes y Watson. El segundo, nos muestra la ya consolidada relación entre los 2 protagonistas en Baker Street, siendo el último episodio el más intenso y estresante de todos, en el que Sherlock deberá usar todas sus habilidades para hacer frente a un rival temible y digno de sus capacidades deductivas.

En definitiva, si me preguntasen una serie para recomendar, con un visionado rápido y con una calidad soberbia, mi respuesta seria….elemental, “Sherlock” (2010, BBC) sin discusión alguna.