En el capítulo 3 de «Vivir sin permiso» oímos la frase: «A un ídolo también se le puede derribar disparándole a los pies». Con esta frase, Mario dejará claro en la serie que aprendió bien de su maestro la lección de que, si el fin es conseguir lo que uno quiere, todo es válido. El abogado de Bandeira no dudará en arruinar la reputación de su hija con el objetivo de presentarse después como su salvador y ganarse de esta manera su confianza.
Además, en este episodio, nuestro protagonista sufre el acoso del inspector Monterroso, que está decidido a demostrar que es el asesino del excomisario Lamas. El policía no será la única preocupación de Nemo, que experimentará nuevos síntomas de su enfermedad: el terrible Alzheimer. Ferro, por su parte, se encargará de ir cerrando el paso al inspector, imponiendo así el silencio entre los habitantes de la comarca.
Por otro lado, el Tigre de Madroa sale de la cárcel y obliga a Lara a trabajar para él con tan mala suerte que es detenida por tráfico de drogas. El único que le da alguna alegría a Nemo es su hijo Carlos, volcado en demostrarle que se merece dirigir Open Sea. Sin embargo, de nuevo Mario, se encargará de que la felicidad no llegue del todo tampoco en este capítulo 3 de «Vivir sin permiso».