A estas alturas, pocos son los que todavía no han visto La casa de papel. La serie de Netflix ha revolucionado el panorama nacional e internacional, logrando convertirse en la serie de habla no inglesa más vista de la plataforma. Tal es su éxito, que los carnavales fueron un festín para los fabricantes de la careta más famosa de la pequeña pantalla, la de Dalí. Este fenómeno promete entretenernos durante al menos dos temporadas más. Si tú también eres un fan incondicional de esta serie, te recomendamos un lugar que no puedes perderte. No solo por aparecer en La casa de papel, sino también por su increíble belleza natural. Hablamos de la ermita de San Frutos y las Hoces del Duratón.
El maravilloso paisaje segoviano de las Hoces del río Duratón se verá en casi todo el mundo gracias a ser uno de los escenarios de la nueva trama de La casa de papel. Este parque natural se extiende por unas 5.000 hectáreas siguiendo el curso del río desde el antes el pueblo de Sepúlveda hasta el embalse de Burgomillodo. Se trata de 27 kilómetros en los que el río Duratón discurre por un cañón que se ha abierto entre el terreno de roca caliza.
Uno de los tramos se puede apreciar desde el mirador situado junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, en Sepúlveda. El otro, quizás más famoso, es el de la Ermita de San Frutos, precisamente donde se ha rodado la serie La casa de papel.
La ermita en cuestión se encuentra a 9 kilómetros de Sepúlveda y, a pesar de que el último tramo no está en muy buen estado, os aseguramos que el viaje valdrá la pena.
Alejarse de la ciudad y poder disfrutar de un paisaje como este, no tiene precio. Si eres un amante de la naturaleza, de los destinos rurales y de las series… Definitivamente, has encontrado tu lugar.